Si hay un invento que ha conseguido dar un giro radical a la estética es, sin lugar a dudas, el láser. El láser se usa para la depilación definitiva, como muchos sabemos, siendo quizás la depilación láser el tratamiento más extendido en medicina estética. No obstante, esto no significa que no existan otros tipos de láseres enfocados a otras partes del cuerpo y otros tratamientos.

Una historia de evolución
Hace décadas encontrábamos únicamente uno o dos tipos de láser que se empleaban para todo. Sin embargo, actualmente existen muchas variantes, utilizándose cada una de ellas para algo específico.
La depilación láser
La depilación láser ha sido durante años uno de los tratamientos de láser más extendidos. Sus excelentes resultados y su precio accesible, ha logrado que la demanda aumente considerablemente.
Incluso en el mundo de la depilación láser, tratamiento que consiste en la eliminación del pelo en cuerpo y cara, hay una gran variedad de opciones.
Podemos encontrarnos, por ejemplo, con el láser Alejandrita, que es ideal para fototipos entre el I y el IV no bronceados. Otra opción es el láser de Diodo, con la cualidad de preservar la epidermis.
Entre las diferentes opciones de láser para depilación, encontramos también el láser Superdiodo, que es el indicado para las pieles oscuras o los tratamientos de las superficies más extensas y el vello más profundo. Asimismo, también nos encontramos con el láser de Neodimio-Yag, estupendo en fototipos altos, o la luz Pulsada Intensa, que es el que se recomienda para vello facial.
El láser en tratamientos faciales
Hace varias décadas, nos encontrábamos con el láser para depilación, que como comentamos anteriormente, es quizá el más conocido. Esto no significa, sin embargo, que el láser sirva únicamente para acabar con el pelo del cuerpo. Lo cierto es que se emplea muchísimo en tratamientos estéticos.
A partir de los años 90, el láser comenzó a usarse con más frecuencia, convirtiéndose en una técnica susceptible de ser usada en otras zonas para experimentar sus resultados. La tecnología poco a poco fue sofisticándose y especializándose, surgiendo así todo tipo de propuestas para poder luchar contra los signos del envejecimiento.
Actualmente, nos encontramos técnicas con láser para acabar con las primeras arrugas y signos de la edad, para atenuar las manchas producidas por el sol, eliminación de capilares e incluso reducción de ojeras. Con ello podemos, por tanto, trabajar nuestro rostro para poder tener un aspecto mucho más joven sin necesidad de meternos en un quirófano y de forma completamente ambulatoria.
Entre los tratamientos faciales con láser más extendidos, podemos encontrarnos el de matificación y atenuación de cicatrices, eliminación de líneas finas y arrugas profundas, eliminación de verrugas, patas de gallo, eliminar manchas de la edad e igualar los tonos de piel desiguales.
Remodelar el cuerpo
Si seguimos observando los usos de los diferentes láseres estéticos, es necesario hablar de la facilidad con la que determinados modelos, como el que se usa en tratamientos de Lipoláser, pueden esculpir y realzar nuestro cuerpo.
Los glúteos, por ejemplo, pueden verse beneficiados con laserlipólisis tratando problemas estéticos como el acúmulo graso localizado, la celulitis o la flacidez.